Bajo esta definición englobamos aquellos acabados que presentan uniones visibles entre los materiales colocados; placas de materiales naturales o prefabricados que se fijan al paramento mediante materiales de agarre, piezas de anclaje…
Este es el caso de los diferentes tipos de piedras naturales que las podemos encontrar como revestimiento final en forma de losas o placas.
Merecen especial atención, en nuestro diagnóstico, aquellas fachadas que tengamos que rehabilitar revestidas por baldosas cerámicas (azulejos, gresites, etc.). Disponemos de soluciones para su limpieza y revestimiento posterior, pero nuestro interés máximo antes de trabajar será comprobar el estado de adhesión de dichas piezas sobre el soporte y valorar si no nos resulta más factible su eliminación total o parcial.
Las piezas de dudosa adherencia siempre deberán ser previamente aseguradas.
Son los que vamos a encontrar en gran número de fachadas a renovar.
Las distintas variedades de estos revestimientos no ofrecen grandes diferencias a la hora del tratamiento reparador.
1. Resinas: constituyen el ligante o aglomerante. Están compuestos por resinas órgánicas procedentes de hidrocarburos, o por aquellas extraídas de materias vegetales o animales, o por las resultantes de componentes minerales (cal, silicato, etc).
2. Pigmentos: pueden ser orgánicos e inorgánicos (bióxido de titanio), su función principal es la de hacer opaca la pintura, además de ser el aporte cromático. Gracias a ellos disponemos de la amplia gama de colores con los que trabajamos.
3. Cargas: son básicamente carbonatos, silicatos cuya función es la de aportar cuerpo a la pintura. Por lo general, se cumple el principio de que a mayor cantidad de este elemento disminuye la calidad y prestaciones de las pinturas.
4. Solventes: su principal función es la de aligerar los ligantes con el fin de poder facilitar la aplicación de la pintura. Los más difundidos son el agua y los disolventes derivados de los hidrocarburos.
A continuación describimos los tipos de pinturas que, con mayor facilidad, encontraremos en las fachadas.
Son revestimientos en base agua de fácil aplicación que, dependiendo de las calidades, resisten al rozamiento y a las alteraciones de color. Su mayor desventaja es el bajo índice de transpirabilidad, si bien son pinturas muy impermeables.
Son pinturas compuestas por resinas de pliolite, carbonatos y arenas silíceas (la gran diferencia con el resto de revestimientos que se presentan en fase disolvente). Su grado de transpirabilidad es ya importante (estamos ante pinturas microporosas), pero sus resultados en cuanto a color son más dudosos. Actualmente, existen pinturas al pliolite en base agua.
Grupo de revestimientos minerales con una permeabilidad al vapor de agua muy alta, una buena resistencia a los microorganismos, pero al mismo tiempo una baja resistencia a la penetración del agua de lluvia. La estabilidad del color vuelve a depender de la calidad empleada en su fabricación. Su aplicación presenta cierta complejidad.
Este grupo de pinturas incorpora, en la actualidad, la tecnología más novedosa en su formulación. Con estas pinturas se consiguen los grados óptimos de impermeabilidad al agua y transpirabilidad al vapor de agua.