Para hacer un trabajo profesional, debemos poner en buenas condiciones la madera antes de pintar. La mejor manera es a través de dos técnicas, el pulverizado y cepillado.

Hay muchos pasos a seguir para acondicionar la madera antes de pintarla. Ya sea que se trate de madera lavada, natural, virgen o pintada y barnizada, siempre debes dejar la madera en condiciones, exponiendo sus vetas naturales, emprolijando y alisando la textura de la superficie, y abriendo sus poros para una mejor absorción y fijación de la pintura, barniz, o técnica decorativa elegida.

Técnicas para acondicionar la madera para pintar

Dentro de esas técnicas, para grandes superficies o para elementos complicados por su forma, hay dos principales: el pulverizado y el cepillado. Ambas técnicas buscan lavar la madera, en una suerte de lijado sin papel, que será un paso posterior.

Pulverizado. El pulverizado se produce con una pistola a presión, que emite una lluvia de material abrasivo que retira, delicadamente, las capas de material adheridos a la madera, como pintura, barniz, pegamento y otros.

Hay muchos elementos que permiten la pulverización, de una gama de precios muy variable, en relación a su grado de precisión, potencia y aplicación o duración. También su mecánica de funcionamiento variará el costo. Los hay de acción por emisión de aire, o por mecanismos de emisión eléctricos o motorizados.

Simplemente se aplica una capa de pulverizado, dirigida directamente hasta la superficie, como si se tratara de una pintura por soplete, o bien de un manguerazo de agua. Esto hará que la superficie se limpie y alise suave y gentilmente, alcanzando todos los recovecos, texturas y formas decorativas o en profundidad. Puedes accionar el pulverizado con agua, con aire a presión, o incluso con una mezcla de solvente o eliminador (removedor) de pintura, según el formato o el modelo de pulverizador que elijas).

Cepillado. Por otro lado, el cepillado de la madera es más adecuado para superficies firmes, de todos los tamaños, y es más práctico para superficies sin texturas pronunciadas. Aunque su nombre resulte un poco engañoso, en el cepillado no se utilizan cepillos convencionales. El elemento (llamado "cepillo"), en una herramienta firme, con un mango ergonómico, que se desliza sobre la superficie de madera para ir eliminando capas de un espesor diminuto. Gracias a una cuchilla afilada, que va paralela a la madera a tratar, este singular y añoso artefacto logra eliminar una capa delgada de madera, con pintura, barniz o decorado incluido.

Este filo puede ser, en algunos modelos de cepillo de carpintero, colocado a diversas alturas, para lograr retirar capas de diversos grosores, según el trabajo en cuestión. Existen cepillos de cuerpo de madera o de metal, y en diversos tamaños. La garlopa es un artefacto similar, aunque de mayor tamaño.

Lijado. Finalizados el pulverizado o el cepillado, puedes dar un lijado suave con lija manual o automática (con lijadora eléctrica). Luego, cepilla la superficie para eliminar el polvillo, y repásala con un paño suave, apenas húmedo. Ahora sí, la madera está lista para ser pintada o trabajada.